Visita al U34 (S184)

El pasado día 10 de mayo pude realizar uno de los mayores deseos en mi larga vida dedicada a los Uboote; visitar el interior de un submarino alemán. Dando cumplimiento a la amable invitación de la Embajada Alemana en España, y en compañía de mi esposa, me dirigí hacia Rota (Cádiz), en cuya base naval estaba ya fondeado el U34, una verdadera joya naval.

El U34 es uno de los 4 submarinos de la clase 212-A con que cuenta la Armada Alemana, y cuyos numerales son: U31 (S181), U32 (S182), U33 (S183) y U34 (S184). 
Las primeras unidades entraron en servicio en octubre de 2005, si bien el U34 lo hizo en julio de 2006, siendo comisionado el 3 de mayo de 2007, y ostentando por tanto el honor de ser considerada la unidad de combate submarina más moderna de cuantas surcan los mares actualmente.
El U34 ha sido construido en los astilleros Thyssen Nordseewerke de Emden  y tiene su base en Eckernförde.

Como la noche anterior nos habíamos quedado a dormir en la villa de Rota, aprovechamos la mañana para visitar las maravillosas playas de la ciudad y dar un paseo por sus tranquilas calles.


Tras el paseo matutino, y ya después de comer, nos dirigimos a la Base Naval. En el control de entrada me identifico y les informo del motivo de mi visita. El suboficial de guardia me invita a bajar del vehículo y a acompañarle al cuerpo de guardia, donde comprobaría si mi nombre se encontraba en la lista de personal autorizado.
Tras unos minutos de incertidumbre, se cuadró y explicándome la forma de llegar al muelle número 1, donde fondeaba el U34, me facilitó el acceso.


La base es muy amplia (unos 17 kilómetros de perímetro) y el puerto militar se encuentra a  unos 3 kilómetros y medio del control de acceso.

Aprovecho que aún me quedan unos minutos antes de la hora a la que estoy citado, para fotografiar algunos de los buques de la fuerza naval Alfa de la Armada Española (principalmente el portaaviones Príncipe de Asturias R-11), cuya gigantesca mole de 195 metros contrasta enormemente con los 4,2 metros de mi vehículo Citroën Picasso.


Allá en el muelle de enfrente, al lado de un buque de vela de 3 mástiles de la U.S. Coast Guard, se encuentra amarrado el U34. Como tengo aún tiempo realizo algunas fotos del mismo con el zoom de mi cámara digital.



Se aproximaba la hora y no es mi deseo llegar tarde, así que nos dirigimos rápidamente al muelle número 1. Allí nos esperaba el Subteniente Klaus Fargel, a quien saludamos amablemente, el cual nos presentó al comandante del submarino y tras los saludos de rigor, iniciamos la visita.


Lo primero que me llamó poderosamente la atención del U34, son sus reducidas dimensiones; 56 metros de eslora y 7 de manga, con un desplazamiento de 1450 toneladas en superficie y 1830 en inmersión.
Con mucho cuidado atravesamos la pasarela que lo unía al muelle y pisamos por primera vez el casco del submarino. Fue una sensación extraña, pues la cubierta gris presentaba una superficie antideslizamiento rugosa, como si pisásemos una lija muy gruesa. Gracias a ella podíamos andar con la seguridad de no caer el agua en un traspiés, sobre todo cuando la misma se encuentra mojada por el agua salada.
El U34 se encontraba amarrado al muelle por la banda de estribor, así que debemos pasar la vela por la banda de babor para acceder a la portilla que se encuentra a mitad de la torreta. Es muy estrecho el paso, pero gracias a la barandilla integrada en la torreta, accedemos al interior sin problemas.
Dentro de la vela observo con curiosidad los sistemas. Reconozco los mástiles de los periscopios, el schnorkel y diversas antenas. El comandante nos informa que esa zona es de libre inundación, llamándome poderosamente la atención no encontrar ni un pequeño rastro de óxido ni un desconchón en la pintura.

Bajamos por la escotilla y accedemos al primer nivel. Dejamos algunos efectos en el camarote del comandante. El habitáculo es muy estrecho, y claustrofóbico, y produce unos suspiros de asombro en las mujeres que nos acompañan.
Avanzando por el pasillo hacia popa llegamos a la “zentrale”, el verdadero cerebro del submarino. Allí, en el centro, se encuentran los dos periscopios con sus pozos respectivos, el de observación algo más retrasado que el de ataque. Los puestos de combate de los especialistas se localizan en las bandas de estribor y babor, dominando la instalación multitud de pantallas.


La luz ambiental es muy agradable y permite leer sin ningún tipo de dificultad. El comandante nos explica que dentro del submarino, no existe la famosa luz roja que se suele ver en todas las películas de sumergibles.

El grado de informatización de los submarinos de la serie 212-A, y por tanto del U34 es muy alto, tanto, que el propio comandante, al que entregué como regalo un CD de música, nos comunicó que estaba totalmente prohibido introducir en la nave material informático, salvo el autorizado por el mando. Era una manera drástica de evitar problemas con el software extraño, que pudiese llegar a inutilizar los sistemas de control y seguridad del submarino, poniendo en peligro la vida de la dotación.



Me llamó la atención una serie de bolsas naranjas situadas frente a cada puesto. Miro con curiosidad el rótulo que hay en cada una de ellas “RETTUNGSANZUG U-BOOT-BESATZUNG BUND”.

Enseguida comprendo de lo que se trata. Son los equipos autónomos de respiración. El Capitán de Corbeta se da cuenta de mi interés y me explica su funcionamiento, mientras en mi mente imaginaba los sistemas de rescate de los años 40 (el famoso equipo Tauchretter).

Le pregunto por el sistema de evacuación en caso de inundación y me conduce a la esclusa de emergencia.


Deseo hacer algunas fotografías, y así se lo hago saber a Klaus, que hace de intérprete entre el comandante y yo. El comandante de explica que al ser el U34 la unidad de combate más moderna del mundo, está dotado de dispositivos de última generación, por tanto la fotografía estará restringida a las zonas comunes, y siempre previo permiso.

Era de suponer, así que solicito permiso para realizar las primeras imágenes. No puedo resistir la tentación y miro por el periscopio de observación. La calidad de la imagen que me devuelven las lentes es asombrosa. El propio comandante me informa que existe un sistema para poder grabar a través del periscopio, así como para fotografiar el perfil del buque, y que un sistema automático de detección de perfiles se encarga de determinar la clase de buque a la que pertenece (un adelanto comparado con los antiguos libros de perfiles de buques de guerra).

Según la información que he podido obtener de la red, las unidades de la clase 212-A están dotados de dos periscopios Zeiss Optronic.



Tras algunos minutos más comentando los sistemas de respiración autónomos existentes en la unidad, el comandante decide continuar con la visita. En ese mismo nivel se encuentra un servicio, dotado de WC y ducha, así como de un sistema que conozco de mis estudios sobre el XXI. Como veo que ya casi nos marchamos me dirijo al Capitán de Corbeta y mientras señalo con el dedo le pregunto ¿Bold...?. El comandante sonríe y asiente con la cabeza. Efectivamente, comenta la utilidad del lanzador de señuelos, que conozco a la perfección, y me habla un poco de su funcionamiento.
Pido permiso y disparo la cámara digital.



Continuamos avanzando unos metros y llegamos al camarote donde se alojan los 4 oficiales que componen la dotación. De nuevo una sensación claustrofóbica, con un espacio muy comprimido y bien aprovechado con efectos personales.  La dotación completa de esta serie de submarinos es de 27 hombres, incluyendo 5 oficiales.



Una nueva puerta se abre en la  banda de estribor, pero un cartel rojo indica prohibido el paso. Supongo que contendrá los sistemas de escucha y transmisiones, la parte sensible del submarino, así que como no podemos entrar, continuamos con la visita.

Ahora descendemos a la cubierta inferior a través de una escotilla cuadrada. Me llama la atención que este submarino no tenga puertas estancas como los sumergibles clásicos, aunque supongo que será debido al alto grado de seguridad que le han asignado sus diseñadores y constructores.


En el nivel inferior se encuentra la sala de torpedos propiamente dicha. No excesivamente amplia, aunque sirve igualmente como comedor y lugar de descanso con 3 mesas plegables con sus respectivos bancos.

Tras los respaldos de los bancos, y ocultos por unas telas se encuentran los torpedos de repuesto que pueden ser recargados, si fuese el caso, desplazando los muebles removibles.

Me llama la atención ver sobre las mesas unas redes conteniendo diversos géneros alimenticios; zumos, fruta, café o galletas, al igual que en sus antecesores de las clases VII ó IX. El comandante nos explica que en un submarino cada espacio libre debe ser ocupado con provisiones.

Enfrente de los torpedos se abre un pequeño camarote destinado a ser comedor y sala de recreo de los oficiales.

Por fin llegamos a la proa. Allí están los 6 tubos lanzatorpedos del submarino, con sus relucientes portillas pintadas en color blanco y un número que los identifica. Uno de los tubos lleva colgado un cartelito con la inscripción “Beladen”. Señalo el mismo y el comandante nos dice que significa que el tubo contiene un torpedo.

Otro pequeño servicio dotado de WC y ducha facilita la vida a los tripulantes.


Seguimos nuestra visita, accediendo por fin a los compartimentos que contienen la parte mecánica del submarino.

El sistema de propulsión de la clase 212-A es doble, formado por uno convencional dotado de motor y generador diesel con baterías, así como otro denominado AIP (Air-Independent Propulsión) o Sistema de Propulsión Independiente, utilizado para la navegación silenciosa a velocidad de crucero, que funciona a base de combinar oxígeno e hidrógeno en una pila dotada de 9 membranas de electrolito de polímero (PEM).



Para velocidades superiores, se emplea el motor diesel MTU 16V-396 con su generador Piller GMBH para la carga de las baterías, las cuales se localizan en la parte de proa de la unidad, en los sollados inferiores.
Como nos comentó el propio comandante del U34, todo el sistema de propulsión está monitorizado y automatizado, tanto, que no necesita que una persona física esté en el compartimento. Todo se controla desde los terminales de la “zentrale”, y el grado de aislamiento es tal que el compartimento de motores se encuentra rodeado de una gruesa capa doble de material aislante que reduce el ruido y las vibraciones.

El U34 posee una única hélice. Empleando el máximo de potencia, puede conseguir una velocidad en superficie de 8 nudos que se incrementa hasta los 17 en inmersión, siendo la autonomía máxima de 4500 millas a 8 nudos en inmersión.


Me impresionó la excelente limpieza que presentaba el interior de la sala de motores, nada comparable a la antigua “lavandería china” de los clásicos tipo VII, siempre rodeada de vapores, manchas de aceite o combustible.
Era tal el grado de limpieza del compartimento, que alguna de las imágenes que tomé con flash, no salieron del todo bien, debido a la cantidad de reflejos que devolvían las piezas brillantes y pulimentadas de la sala. El comandante podía estar bien satisfecho de su tripulación.

Me entretengo en curiosear algunas manivelas y válvulas. Cuando cruzamos por un angosto pasillo, veo en la pared el dibujo de una chica que me llama la atención. El comandante me explica, entre risas, que se trata de un marino que allí trabaja, con orígenes polacos (por eso está allí el escudo de Polonia) y que tiene a “Vivian” (así se llama la chica) como amuleto.
Tras escuchar las palabras traducidas de Klaus, todos esbozamos una sonrisa. Seguimos avanzando.

Continuamos visitando el sistema de propulsión, con los enormes motores térmicos, que dotaban a la unidad, los sistemas de dirección y el eje de la hélice, ya en la parte de popa del casco resistente. El comandante nos explicó que, pese al alto grado de automatismo y digitalización de la nave, existe un sistema manual de emergencias, que sería empleado para dirigir manualmente el submarino si todos los sistemas anteriores fallasen.


Con curiosidad examino cada rincón del buque, y me asombro de la avanzada técnica que rebosa en cada zona a la que dirijo mi vista. Tras recorrer algunos metros más, ascendemos de nuevo y volvemos a la “zentrale”.
 
Allí comenzó y allí va a finalizar la visita. Como nuestro viaje por el interior del U34 ha durado unos 90 minutos, y en la última parte (la visita a la zona de máquinas) la temperatura era bastante elevada, el comandante nos ofrece algo de beber. Aceptamos con agradecimiento. Ahora llega el momento de abandonar la nave. Recibimos de manos de nuestro anfitrión una gorra de lona azul con un dibujo del U34, la leyenda “Unterseeboot U 34  S 184” y un pin con el emblema del submarino. Agradezco el detalle.
Ahora me toca a mi agradecer la invitación. Hago entrega de una metopa con una placa rotulada que dice así “Rota-España 10-05-2009 En agradecimiento U-Historia.com” .

Igualmente aprovecho para hablar con el Capitán de Corbeta acerca de nuestro proyecto histórico, plasmado en un volumen encuadernado de 50 páginas con un resumen de las distintas secciones que componen “U-Historia”. Le comento acerca de la actividad histórica y técnica que desarrollamos quienes participamos en este trabajo, así como de mis inquietudes sobre el submarino del tipo XXI.



El comandante no tiene más que palabras de asombro al ver la calidad de nuestro proyecto, y me dice que para ser aficionados a la historia submarina, nuestra página está muy bien trabajada. Le agradezco igualmente sus palabras y le hago entrega oficialmente del libro así como de un CD con los temas musicales que ambientan nuestra página.

Tras el intercambio de regalos, llega la hora de abandonar el submarino. Ascendemos a la cubierta y salimos por la escotilla de proa. Ya en cubierta no podemos despedirnos sin hacer algunas fotos más en grupo.


Antes de abandonar la cubierta nos muestra, abriendo una trampilla en la banda de estribor, uno de los tanques que contiene el oxígeno necesario para hacer funcionar el sistema AIP.
El depósito de hidrógeno se encuentra mucho más abajo, junto a la quilla. 
Igualmente, dentro del compartimento de libre circulación, se guardan los cabos de amarre del submarino. Ya no queda nada más por ver.

El propio comandante nos acompaña a tierra y se despide de nosotros estrechándonos su mano y saludando militarmente. Le devuelvo el saludo.
Dedicamos unos últimos minutos más para hablar con Klaus, al que agradezco de nuevo su interés y las molestias que le hemos causado, y nos emplazamos para otra nueva visita, que ambos deseamos no esté demasiado alejada en el tiempo.


No quiero finalizar estas líneas sin mostrar mi agradecimiento personal al Agregado de Defensa de la Embajada Alemana en España, Oberst i.G.Elmar Auth (Coronel del Ejército), de quien partió la invitación inicial para visitar el submarino, al Jefe de la Oficina de la Agregaduría Militar Stabsfeldwebel Klaus Fargel (Subteniente), quien gestionó personalmente los detalles de la visita a la Base de Rota y que nos hizo de intérprete, así como al Capitán de Corbeta al mando del U34, quien dedicó su tiempo a enseñarnos el submarino por dentro, facilitándonos el poder realizar el reportaje fotográfico en el interior de su unidad.

Artículo y visita realizada por José Carlos Violat Bordonau. Fotos propiedad del autor.

Nota:
Desde U-Historia queremos agradecer al Coronel Elmar Auth la invitación a tal magnífica visita, a Klaus Fargel su ayuda en poder realizar la misma y a José Carlos Violat por brindarnos este magnífico artículo.

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